La última experiencia que subiremos, por ahora (volvemos en marzo), es un bello trabajo que realizan Cecilia Acuña (T.O) y Cristina Vera (Ed. Diferencial), en un centro especializado para personas con Retos múltiples, en particular, Sordoceguera. Ellas han implementado un taller de psicomotricidad y han realizado todas las adaptaciones necesarias para llevarlo acabo con resultados positivos.
Psicomotricidad en Retos múltiples y sordo ceguera.
Al comenzar
a relatar nuestra experiencia creemos necesario presentar la definición de
retos múltiples utilizada por el ministerio de educación: “Los alumnos/as que presentan Necesidades Educativas Especiales
Múltiples, son aquellos que requieren de apoyos intensivos y permanentes (en
todos los contextos) debido a que presentan múltiples barreras para aprender y
participar en su medio social, educativo y familiar, no sólo por las
necesidades que se derivan de su condición de salud, sino también por las
diversas barreras sociales, culturales y educativas, que dificultan aún más sus
posibilidades de participación, comunicación y socialización. Los retos múltiples son aquellos desafíos
que nos plantean los estudiantes que presentan necesidades educativas
especiales múltiples. La Real Academia Española señala que el significado de
reto es “Objetivo difícil de llevar a cabo, y que constituye por ello un
estímulo y un desafío para quien lo afronta”. En Chile, este concepto se
ha utilizado en el marco de la línea de innovación denominada Retos Múltiples
que ha llevado adelante la Unidad de Educación Especial del Ministerio de
Educación, con el apoyo de Perkins Internacional (2007-2010)”.
Nuestros
niños y niñas presentan Necesidades Educativas Especiales Múltiples (NEEM) y en
el trabajo diario observamos necesidades en las distintas áreas del desarrollo
y los retos que ellos nos proponen para generar un abordaje integral: en la
comunicación, en las actividades de la vida diaria, en la movilidad, en la
expresión de emociones, en la independencia y/o autonomía. En la búsqueda
permanente de estrategias que favorezcan el desarrollo integral de nuestros
niños y niñas llegamos a la psicomotricidad y con ella al Diplomado en
Psicomotricidad Educativa impartida por CICEP. Tras la realización de nuestra práctica interventiva, trabajando con
niños con ceguera y retos múltiples podemos concluir que es necesario hacer
algunas variaciones o modificaciones relativas al proceso de psicomotricidad
educativa. En una primera instancia los niños y niñas reconocieron los espacios
mediante sentidos indemnes, debiendo rotular estos espacios en conjunto con
ellos, para favorecer la búsqueda independiente y/o autónoma de materiales y
mejorar la rapidez en esta búsqueda.
Este grupo de personas requiere un apoyo específico en los procesos de
enseñanza –aprendizaje. No debemos
perder de vista, el contexto en el que se encuentran, en donde en múltiples
ocasiones se genera asistencialismo hacia ellos (en distintos aspectos de la vida
diaria), presentando escasas oportunidades de generar acciones por sí mismos, y
esta fue una de ellas en donde se pudo realizar el cambio de perspectiva en
cómo visualizamos a nuestros estudiantes.
Uno de los cambios principales fue trabajar el adultocentrismo, y
visualizarlos como sujetos de derecho. Nuestras prácticas están orientadas a la
manipulación de su cuerpo, enseñarles temáticas educativas que no son del
interés de ellos, en un sistema educativo que permite, facilita y fortalece la
quietud de nuestros estudiantes, en donde deben estar en una sala de clases
atendiendo a lo que la profesora está diciendo y sus habilidades más básicas no
cuentan con el desarrollo necesario para tomar atención. Es por ello que pensamos que esta estrategia
debiese ser instaurada desde el inicio de los procesos de habilitación,
rehabilitación y educación. Como un
modelo de intervención a temprana edad para favorecer un desarrollo psicomotor
que les permita acceder a otras instancias de participación social a una edad
más avanzada, ya que sabemos que la sociedad no permite una inclusión real
debido al tipo de sociedad en la que nos encontramos, aquella que valora las
habilidades cognitivas y de productividad.
Tenemos que tener en cuenta que requieren de tiempos específicos (de
aprendizajes y respuestas) y también temáticas específicas, constatando que el
desarrollo psicomotor es un desarrollo en espiral y no lineal, en donde según
las necesidades que ellos tienen, dirigen sus acciones para suplir esos
requerimientos, y no es necesario de una intervención del adulto en una
planificación de la sesión para abarcar estas necesidades, ellos continuamente
las están expresando.
Con el trabajo realizado pudimos vivenciar que los niños y niñas
requieren de espacios para un “hacer”, y este hacer es un hacer en conjunto con
ellos, en donde nuestro rol de mediador está dirigido a realizar acciones con
ellos (desde la necesidad planteada por ellos) utilizando la imitación como eje
principal. Para esto demandan tocar nuestro cuerpo para conocernos, y así
conocer nuestra psicomotricidad. Al no
tener la visión, el cual es uno de los sentidos principales para conocer el
mundo, se requiere de una mediación más cercana, una que permita el
reconocimiento del otro y un aprendizaje en la utilización de los objetos (por
ello utilizamos juguetes representativos de la realidad como tacitas, autos,
disfraces), con esto también acercamos esa realidad que no es vista, pero sí
conocida y aprendida mediante tacto, audición y movimiento. Otra estrategia
utilizada es la verbalización de las acciones y contextualización constante de
lo que ocurre dentro de la sesión, con esto, pensamos que favorecemos la
comunicación, internalización de las acciones y concienciación de ellas al
momento de ejecutar.
Finalmente dentro de nuestro taller se facilitó la motivación por
la exploración del lugar y la ejecución
de diversas acciones de manera independiente. Para ello consideramos dentro del
encuadre las siguientes características como aquellas principales que debemos
tener en cuenta para realizar este proceso de intervención con niños y niñas
con sordoceguera, ceguera y retos múltiples.
- Seguridad
- Adaptaciones (rotulaciones y objetos
concretos)
- Imitación
- Verbalización constante, en relación a
orientar a nuestros niños y niñas de lo que sucede en el entorno.
Nos motiva
continuar utilizando y conociendo esta estrategia de intervención, la cual fue
un gran aporte para nuestro desempeño, junto con ello investigar sobre la
formación del “yo” en niños con ceguera y cómo desde la psicomotricidad se podría
abordar y aportar en esta área.
Cecilia
Acuña Lavanchy. Terapeuta Ocupacional, Diplomada en Psicomotricidad.
Cristina
Vera Calderón. Educadora Diferencial, Diplomada en Psicomotricidad.
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